Con el torpe cuidado de cuatro amigotes inexpertos que se inclinan sobre un tronco. Quieren cortarlo para la fogata del campamento, pero no saben bien cómo llevar a cabo la tarea. Con gran determinación y poca elegancia, improvisan.
Con la ternura de la madre que posa su angustiada mano sobre la frente su hijo, afligido de fiebre, para que pueda vomitar a gusto.
Con la intrepidez de un marinero que acerca…