La siguiente es una transcripción adaptada y enriquecida de una charla dada para el podcast “Radio Sinergia” disponible en iTunes Store

La siguiente es un relato de mi primer retiro de meditación Vipassana según el maestro S.N. Goenka. Esta es la segunda parte de un podcast grabado en el cual comento sobre la meditación y posibles maneras de iniciar una exploración autodidacta de este arte.

Empezó el curso y realmente me topé con un montón de cosas inesperadas.  Primero que nada nos pusieron a observar la respiración como primer técnica, como “técnica preámbulo”, yo me preguntaba “¿pero bueno cuándo vamos a empezar con observar pensamientos?”. Tenía un montón de preconcepciones acerca de la técnica de Vipassana como yo la había entendido por mi cuenta.

Para mi alivio, me di cuenta de que no  eran sesiones de 3 horas seguidas si no que eran 3 horas divididas en 3 bloques y que uno podía cambiar de pose pero de nuevo me sentía un poco confundido, no era lo que yo había esperado.  De repente me desesperaba y quería que se terminaran las sesiones y ahí me di cuenta que no era un curso para aprender si no un curso para experimentar.

Empezaron a  pasar los días.  El primer día todo era novedoso, y me mantuve entretenido. En las noches teníamos una hora donde escuchábamos grabaciones del maestro Goenka y ese espacio resultó ser un oasis en el día pues uno se iba formulando preguntas y cuestionamientos que al principio pensaba que era coincidencia, pero resulta que no, todos nos hacíamos los mismos cuestionamientos  en el preciso día a donde la grabación del maestro Goenka los respondía. Entonces es un proceso por el cual todos pasamos y las preguntas que uno se formulaba eran contestadas en este espacio.

Reglas de comportamiento

Me di cuenta que las reglas no eran impositivas. No eran como una prueba para ver si uno soportaba la rigidez de las reglas, si no que son diseñadas para crear un ambiente propicio para que uno pudiera afrontar los retos que nuestro propio carácter, nuestro propio ego, nos iba a presentar día tras día.  Se me fue aclarando -al pasar los días- de que era un ambiente no de prueba, si no que todo el curso, la manera en que estaba formado provenía de un sentimiento de gran caridad, de gran amor para los estudiantes, de una gran convicción ante la efectividad de esta técnica, y que se creaba un espacio para que  pudiéramos darle un chance a esta técnica de que nos ayudara.

Más instrucción

Al final la técnica se fue depurando más, se fue aclarando más y llegamos a un momento en los últimos días a donde fue claro cuál era la mecánica de la técnica. Fue clara la manera en que nos estaban enseñando la técnica para poder tener acceso a observar no sólo sensaciones en el cuerpo, si no cuestiones más sutiles y poder alcanzar este espacio  de silencio, por el cual yo me interesé en esta técnica en primer instancia (ver parte 1).

 

 El maestro S.N. Goenka realiza una introducción al método (con subtítulos en español).

Permitiendo que florezca el control

Este curso fue un regalo tan grande que yo realmente carezco de las palabras o la emotividad suficiente para recomendárselos.  Esta idea de que  podemos tener control sobre los estímulos mentales y sensoriales, es una idea que a principio parece muy básica, muy sosa, pero esta idea es tan poderosa que es capaz de unir a esta organización  Dhamma y reunir a gente, voluntarios y organizadores que ni siquiera cobran dinero, ni siquiera uno puede pagar por el curso, nada mas reciben donaciones y únicamente hasta que uno lo haya terminado, y dichas donaciones son estrictamente voluntarias.  Me pareció muy conmovedor el movimiento que genera esta idea que parece tan sencilla. Puntualmente dicha premisa es que al observar el cuerpo y la mente eventualmente se llega a un estado de paz, a un estado de control. Eventualmente ya no se está supeditado a lo que el entorno le pone en frente, si no que uno tiene el primer encuentro con una verdadera sincronía y humildad con la vida.  Esta idea logra –literalmente- mover a miles de personas.

Después de 10 intensos días salí, terminé, llegué a San José, he seguido con mi práctica, incrementé el tiempo y los efectos del curso son realmente notorios, sobre todo en situaciones cotidianas como lo es el tráfico (que cada vez en San José está más agresivo). El sabor del curso realmente  se permea a los días siguientes y hasta ahora han seguido de una manera muy tangible en mi vida. Y de alguna otra manera yo me pregunto “¿Por qué es que en Occidente le hemos dado tan poca importancia a esto? ¿Por qué es que nos crea tanto choque el no estar supeditados a los pensamientos o estímulos que nos tiran constantemente?”  Pero me di cuenta que sí existen personas preocupadas por mostrar los beneficios de esta milenaria técnica.

En efecto, yo me encontré con 35 personas que creen tan profundamente en esta manera de existir que estuvieron dispuestos a sacar 10 días de su vida sin comunicación externa, a invertir toda su energía, toda su vida durante estos 10 días, a compartir, practicar y enseñar esta filosofía.

Meditación en nuestra era

También para ustedes que han leído Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva, el Dr. Stephen Covey le da importancia a esto también.  El dice que la meditación es un hábito muy beneficioso pero de una manera más concreta el doctor escribe lo siguiente: Entre estímulo y respuesta hay un espacio, en ese espacio reside nuestra libertad y nuestra facultad para elegir la respuesta.  En estas elecciones residen nuestro crecimiento y nuestra felicidad.  Luego aparece un gráfico donde en medio del estímulo y la respuesta hay un espacio donde dice libertad de elegir.  Es este espacio el que  ensanchamos y conocemos de manera experimentalmente,  lo vivimos, no lo leemos ni decimos “ah que buena idea”, si no que este curso  Vipassana está diseñado para que  tengamos una vivencia y experimentemos, nos afrontemos, paguemos el precio por experimentar este espacio silencioso en carne propia.