De cara a una segunda ronda de votación este 2018, este es mi llamado para dialogar sobre ideas concretas para evitar que esta segunda ronda se vuelva en un asunto de “La tribu de Fabricio Alvarado versus la tribu de Carlos Alvarado”.
Atrevámonos a tener conversaciones—¡aunque sean incómodas!
Este es el link del artículo del New York Times que quería enlazar en el video, pero no pude.
¡Infinitas gracias Diego Jimenez, de Esperanza Producciones, por el fantástico trabajo de grabación y edición y a Edgar Brenes Soto por la preciosa música!
A continuación, el guion original sobre el cual improvisé en el video:
Durante los últimos ocho años, he trabajado con cientos de estudiantes costarricenses que salen del país para representarnos en las mejores universidades extranjeras.
Ellas y ellos son embajadores para Costa Rica; nos representan como ciudadanos de un país con un nivel de educación extraordinario y una enorme capacidad para integrarse en comunidades estudiantiles tremendamente diversas.
Estoy preocupado.
¡Nunca en mi vida en Costa Rica había visto una elección en la cual se hayan puesto en un peligro similar esas dos características tan nuestras!
El fin de semana pasado, una amiga me dijo: “En mi familia pusimos una regla: de política no se habla ¡y punto!”
A decir verdad, las conversaciones que más ruido están haciendo son la que involucran temas de religión y sexualidad. Es decir, tenemos metidos en la licuadora democrática fe, sexualidad y política. ¡No es sorpresa que los ánimos estén al rojo vivo!
Al igual que en otras naciones, las opiniones que se escuchan en Costa Rica están tremendamente polarizadas, y considero lamentable cuando parece que nos convertimos en tribus que ni se pueden dirigir la palabra.
Sin embargo, la realidad es que el diálogo es la herramienta que tenemos para mantener la paz. Las conversaciones que hay que tener son tremendamente incómodas—¡no cabe duda! — pero hay que tenerlas.
Una de las ventajas de que usted y yo vivamos en Costa Rica es que, dentro de su círculo de amigos, dentro de su WhatsApp, dentro de su Facebook, hay personas muy cercanas que seguramente tienen una posición completamente diferente con respecto a la segunda ronda.
Mi invitación hoy es que nos atrevamos a tener conversaciones incómodas y que tengamos el coraje de escuchar a los demás. Y no me refiero a hacer la pantomima de escuchar mientras en nuestras mentes preparamos el contraataque. ¡No! Hablo de escuchar de verdad.
Me gustaría pensar que Costa Rica puede resistir a la moda del tribalismo e intolerancia, y que es capaz de seguir representando el valor de la educación y la comprensión. Por favor, hablemos.
1 Comment
maaaaeee, excelente! tampoco sabia q tenias un blog. tengo q explorar.